Consecuencias de declararse en bancarrota en Estados Unidos
En los tiempos que corren, es común que muchas personas busquen ayuda para declararse en bancarrota como un alivio a su situación económica cuando se encuentran incapacitados para poder pagar a sus deudores.
No solo las individuos con bajo nivel de ingresos o los desempleados son los principales afectados, existen muchas situaciones que pueden llevar que una persona considere hacer una bancarrota: gastos médicos elevados por una enfermedad importante no asegurada, riesgos en inversiones mal calculadas, problemas laborales, problemas con la ley, víctimas de estafa o robos, desastres naturales… la lista de acontecimientos que pueden ocurrirle a personas normales en situación regular es muy extensa.
Existen distintos tipos de bancarrota, los más comúnes son el Capítulo 7 y el Capítulo 13.
Es recomendable que haga una consulta con un abogado para determinar si calificas.
Y en los negocios también ocurre lo mismo. Es fácil que en un mercado tan cambiante y convulso podamos sufrir un mal momento. Una mala compra, una desgracia que no esté asegurada, una pérdida de stock…
En el caso de que algo así nos suceda, hemos de saber que la ley de los Estados Unidos tiene previsto el ayudar a salir de esta situación en la medida de lo posible mediante las leyes de bancarrota.
Si ha llegado a pensar en declararse en bancarrota lo primero que hay que tener claro es que las deudas, como tales, no nos llevarán a prisión. Si no podemos pagar a nuestros acreedores, existen mecanismos para ayudarnos.

Ventajas de declararse en bancarrota
Tanto de manera individual como si es un negocio, el solicitar la declaración de bancarrota tiene una serie de ventajas:
- Condonación de deudas no aseguradas: Las deudas más habituales que no están aseguradas se saldarán en su mayor parte. Estas incluyen por ejemplo las facturas médicas, los préstamos personales que no estén asegurados por un bien, la cantidad pendiente por pagar en las tarjetas de créditos, las facturas de servicios como la electricidad, el teléfono, internet, etc. Las deudas con garantías, por el contrario, se saldarán con la garantía especificada en ellas (viviendas, vehículos, etc.).
- Exención de pago de impuestos antiguos: Algunos impuestos que superen los 3 años de antigüedad quedarían saldados.
- Eliminación de la presión de los acreedores: Una vez que se aplica para una quiebra, los acreedores dejarán de acosar al deudor, pues las comunicaciones ya solo serán posibles a través del fideicomisario asignado. Se terminaron las llamadas continuas, las cartas embarazosas y las continuas presiones que pueden acabar con nuestros nervios.
- Suspensión automática: Las actuaciones de los acreedores para cobrar se ven paralizadas, lo cual puede dar un respiro necesario para tratar de solucionar la situación.
- Exenciones: Otra de las grandes ventajas de acogerse a la declaración de quiebra es que existe una exención de propiedades, las cuales no son embargables. Por ejemplo, la vivienda familiar puede tener un valor mínimo inembargable, o incluso completamente como sucede en el estado de Florida (con una serie de particularidades).
La bancarrota es un procedimiento muy técnico y lleno de particularidades. Es conveniente consultar con un abogado para que se vea el mejor momento y forma de presentar el caso. A veces es mejor presentar una bancarrota 13 que una 7 no obstante que en teoría en la 7 no se paga nada y en la 13 se puede pagar mensualidades por hasta 60 meses.
Desventajas de declararse en bancarrota
No todo son ventajas en una declaración de quiebra. Existen varios inconvenientes que pueden hacer muy difícil la decisión. Como por ejemplo:
- Puntuación de Crédito arruinada: Es una de las desventajas más evidentes. Una vez declarada la bancarrota, nuestra puntuación de crédito se verá significativamente disminuida. Si la bancarrota la declaramos por el Capítulo 13, puede llevar 7 años la eliminación de la nota de nuestro historial, y si es por el Capítulo 7, 10 años. Cualquier consulta para ver nuestra confianza de pago se verá afectada seriamente, es decir, posiblemente no podamos solicitar préstamos o hipotecas salvo en casos especiales de alto riesgo. Asimismo, tampoco podremos tener tarjetas de crédito. Y si nuestro negocio depende de comprar o invertir para luego vender, es muy probable que nadie nos preste el dinero para seguir trabajando. De todos modos, es muy posible que esa puntuación sea peor si no declaramos la quiebra.
- Dificultad para acceder a una vivienda: Muchos propietarios pueden consultar nuestro historial crediticio para ver nuestra solvencia y negarse a alquilar por ello o pedirnos garantías o avales.
- Problemas laborales: Determinados procesos de selección pueden incluir comprobaciones de nuestro historial, y la aparición de la declaración de quiebra puede ser algo negativo que nos afecte a la hora de buscar empleo.
- Seguirán existiendo deudas en algunos casos: Si tras la liquidación de nuestros bienes, quitando las exenciones, todavía existen deudas que no se pueden eximir como las deudas de impuestos o préstamos estudiantiles del gobierno, seguiremos debiendo ese dinero.
- Es posible que perdamos el reembolso tributario: Esto es especialmente delicado si nuestro negocio tiene derecho a una suma considerable de devolución. Hay que tenerlo muy en cuenta.
- Pérdida de credibilidad: En general, perderemos credibilidad ante muchas personas, sobre todo en nuestra capacidad económica y la confianza que podemos generar en los demás.
- Pérdida de propiedades: Lógicamente, perderemos los activos que no estén cubiertos por las exenciones para hacer frente a los acreedores.
Conclusión
Declararse en bancarrota en los Estados Unidos es un proceso complejo, y depende mucho de la situación única de cada persona. Es muy difícil dictaminar a priori si es una buena opción sin que antes un experto haga un estudio en profundidad de nuestro caso.
De cualquier forma, es una opción muy interesante que puede ser la llave para salir de una situación desagradable sin tener que perder todos nuestros bienes. Lo mejor es solicitar asesoramiento a una abogado y contarle la situación para que nos indique lo mejor que podemos hacer.